13 Noviembre 2022. 33º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo C. Lc 21, 5-19
La paciencia no es fruto de la debilidad. Al contrario, supone fortaleza interior. La persona paciente moviliza todas sus energías para no doblegarse ante la adversidad y seguir luchando con firmeza, sin dejarse perturbar por el mal. Se necesita mucha entereza para mantener el ánimo sereno y confiado cuando todo se nos pone en contra.
Aunque parezca fuerte y violento, el impaciente es una persona débil, incapaz de tolerarse a sí mismo y de soportar las contrariedades de la vida.
La verdadera paciencia nada tiene que ver con una resignación pasiva. No es «aguantar» porque uno no sabe o no se atreve a hacer otra cosa. No es posible dejar atrás la violencia y promover un proceso de pacificación sin una actitud paciente y tenaz.
- Categoría
- Tiempo Ordinario
- Palabras Clave
- tristeza, violencia, depresión, perseverancia, recuerdos, escuchar, mirar, oportunidades, gracias, vida