17 Febrero 2019. 6º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo C. Lc 6,17.20-26
Lo más impresionante, esperanzador y significativo de las bienaventuranzas es lo que contienen de enigma, desconcierto y contradicción: Jesús no está hablando de «otro mundo», sino del nuestro: en el que para que unos sean ricos otros se están empobreciendo, unos se sacian a costa del hambre de otros, y aquellos ríen mientras lloran estos. ¿Cómo podemos afanarnos por ser felices a costa del olvido y la infelicidad ajena? Quien no siente la injusticia no puede comprender que las bienaventuranzas no sirven para consolar, sino para dar la vuelta al mundo.